Los nuevos directores sardos

Admiradas o premiadas en festivales, publicadas por la crítica y seguidas con la atención de un público no solo de la isla, las películas de los mejores directores sardos se caracterizan por un amplio espectro temático, símbolo de una imaginación regional contemporánea capaz de representar eficazmente la pluralidad histórica, geográfica y cultural de la isla.

De hecho, sus orígenes geográficos y profesionales son diferentes y, en consecuencia, sus poéticas, que fluctúan desde el eterno problema de la delincuencia en las zonas del interior («El destino» de Piero Sanna, «Archipelaghi» de Giovanni Columbu) hasta la historia metropolitana moderna («Un crimen imposible» de Antonello Grimaldi, «Ligero» de Enrico Pau), desde el documentalismo social («La última carrera», «Pequeña pesca» de Enrico Pitzianti) al mundo de la infancia de Peter Marcias.

La inspiración literaria de algunos títulos («Un crimen imposible» de Mannuzzu, «Archipelaghi» de Giacobbe, «Sos Laribiancos» de Masala) también indica la armonía con la riqueza de la novela sarda, tradicional o no.
Y de nuevo, los lenguajes van desde el paradocumentarismo de Pau hasta la fragmentación testimonial de Columbu, desde la sugerente simbología visual de Grimaldi hasta la interiorización, casi onírica, de la identidad local de «La danza de los tres pasos» de Salvatore Mereu.
Por último, cabe destacar el uso constante del discurso local y la presencia constante de actores «sacados de la calle», sin cuya contribución incluso las imágenes «de lo real» se convertirían en un puro dispositivo paisajístico y no ya en una vocación de autor

fuertemente arraigada en su tierra.

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19/9/2023 - 18:43