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Entre Cartago y Roma

Entre Cartago y Roma

Entre Cartago y Roma

El camino histórico que llevó a Roma a asumir las características de una gran potencia estuvo marcado significativamente por las relaciones con Cartago. En un momento en que Roma comienza a enfrentarse al Mediterráneo occidental con mayores ambiciones políticas, económicas y militares, el poder cartaginés está en su apogeo y los objetivos expansionistas de Roma deben necesariamente adaptarse a esta realidad.

El primer tratado firmado entre Roma y Cartago en el 509 a. C., que nos legó el historiador griego Polibio, es una primera y elocuente «instantánea» de ese viaje histórico.

Este tratado establecía, con respecto a Roma y sus aliados: 1) la prohibición de entrar en la costa norteafricana controlada directamente por Cartago (solo se permitía el desembarco en caso de naufragio, pero con la obligación de salir en un plazo de cinco días); 2) severas restricciones al acceso a la costa sarda y la posibilidad de ejercer formas de comercio en Cerdeña solo en presencia de funcionarios cartagineses; 3) la posibilidad de ejercer el comercio en Sicilia disfrutando los mismos derechos que los cartagineses.

En lo que respecta a Cartago, el tratado establecía: 1) el compromiso de no causar ningún tipo de daño a las poblaciones del Lacio «sometidas a los romanos» y a las ciudades independientes; 2) la prohibición de construir fortalezas en el Lacio; 3) en el caso de desembarcar en la costa del Lacio por fuerza mayor, la obligación de salir antes de la noche.

El posterior tratado entre Roma y Cartago modifica en parte lo consagrado en el anterior, tomando nota del nuevo estado de cosas en las relaciones entre las dos potencias. En particular, parece que podemos leer, en la decisión de Cartago de hacer cumplir incluso en suelo sardo las mismas prohibiciones que el tratado anterior estableció para Roma en referencia a los territorios del norte de África puestos bajo su control directo, una cierta preocupación por los signos cada vez más numerosos de un aumento del poder de Roma.

El estallido de la primera Guerra Púnica (264 a. C.) estuvo precedido por la firma de otros dos tratados entre Roma y Cartago, firmados respectivamente en el 306 a. C. y el 279 a. C. Aun sin entrar en el fondo de los distintos tratados, la progresiva reducción de la distancia cronológica entre una estipulación y otra parece interpretarse como una clara señal de que el estado de las relaciones entre las dos potencias se estaba volviendo cada vez más inestable.

En el 238 a. C., pocos años después del final de la Primera Guerra Púnica (241 a. C.), Cerdeña pasó finalmente, de un golpe de mano, al control de Roma.

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20/9/2023 - 11:00

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